La noche que Pancho Rago enojó a la Selección de Menotti

La noche que Pancho Rago enojó a la Selección de Menotti

Esta crónica periodística revive las emociones de un partido jugado en el estadio Mundialista entre la Selección Argentina y un respetadísimo combinado local. Una bellísima historia futbolera en la que Pancho Rago fue protagonista de lujo de una desopilante disputa verbal con un veinteañero Diego Armando Maradona.

viernes, 26 de junio de 2020

“Hay una verdad espantosa: los goles se los hacen al equipo, pero el vencido es el arquero”.

Juan Sasturain

 

Esta historia futbolera tiene una serie de aristas que merecen ser contadas. El 23 de diciembre de 1980 la Selección Argentina de fútbol disputó en el estadio Mundialista de la ciudad de Mar del Plata un partido amistoso con un combinado local dirigido técnicamente por la dupla Román Nil Benítez y el Negro Edeverto Artero. El cotejo se realizó en el marco de la etapa preparatoria del equipo nacional que sería, siete días después, protagonista en Uruguay de la promocionada Copa de Oro de Campeones del Mundo.

 

Los organizadores del cotejo donaron la totalidad de la recaudación a los miembros de la Colectividad Italiana Marplatense quienes destinaron el dinero para colaborar con las víctimas del terremoto que había sacudido las regiones de Campania y Basilicata, zona sur de Italia, causando la muerte de 2.914 personas y dejando un saldo de casi 9000 ciudadanos heridos

 

El conjunto del Flaco César Luis Menotti realizaba la pretemporada en Villa Marista y por intermedio de Nil Benítez, entrenador por entonces de un mítico Mitre, para muchos uno de los mejores equipos de la década, se realizaron una serie de amistosos con el club Patricio y con San Lorenzo, institución Patanegra que representaría a Liga en el telúrico Nacional del año 81.

 

Previo al enfrentamiento del 23 de diciembre, los Santos midieron fuerzas en el Estadio Ciudad de Mar del Plata con los consagrados futbolistas albicelestes. Menotti ofició como árbitro, se jugó a puertas cerradas y los arcos no tuvieron las redes reglamentarias. Al finalizar la práctica informal de fútbol, los medios nacionales y locales reflejaron en sus crónicas una dispar manera de contabilizar el resultado en goles. En Buenos Aires, por ejemplo, algunos diarios pusieron en tapa una exuberante supremacía de la Selección Argentina y escribieron que los Campeones del  Mundo habían marcado nueve  goles frente a su rival de Mar del Plata. El diario La Capital fue benévolo con los futbolistas locales y achicó la diferencia, en tanto, El Atlántico, con la pluma de un prometedor Walter Saavedra, plasmó un amigable y definitivo 3 a 1.

 

Al día siguiente, Saavedra entrevistó a Francisco Pancho Rago, portero de los rojinegros,  y le preguntó por el partido. El fotógrafo en la charla inmortalizó una sugestiva foto en la puerta de la casa de Rago donde el guardameta cuestionaba el resultado del amistoso y dejaba entrever su malestar porque entendía que el equipo de Menotti no necesitaba de ese tipo de ayuda de la prensa.

 

“Yo nunca critiqué a Menotti ni a los jugadores, me enojé con los periodistas capitalinos que en sus redacciones habían contado algo que nunca había sucedido. Yo nunca pensé que los jugadores de la Selección estuvieran pendientes de un diario marplatense”, reflexionó Rago años después.

 

Algunos allegados al cuerpo técnico del representativo nacional leyeron en Villa Marista la nota y a las pocas horas la misma llegó a manos del plantel capitaneado por Daniel Passarella. Cabe señalar que AFA había definido cerrar el año en Mar del Plata, como antesala del viaje a Uruguay, con un enfrentamiento frente a la Roja dirigida por la dupla Benítez –Artero.  El pleito tendría un fin solidario y permitiría en la cancha el reencuentro del público con los “extranjeros” Mario Kempes (Valencia), Osvaldo Ardiles (Tottenham Hotspur)  y Daniel Berotni (Fiorentina), emblemáticos nombres de la celeste y blanca que militaban en clubes del exterior. Además, Diego Armado Maradona, promesa de Argentinos Juniors, figura excluyente en el Mundial Juvenil sub -20 de Japón, luciría la casaca número 10 del cuadro titular del Flaco Menotti.

 

Llegando a la cancha y en el mismísimo vestuario, el balcarceño Jorge Fernández, compañero y amigo de Rago le anticipó que Passarella y compañía estaban enojados con él.

 

Fernández se estaba tratando una molesta pubalgia con Rubén Oliva, médico de la Selección Argentina, y me contó sobre el malestar de los jugadores por mis declaraciones en El Atlántico. Yo pensé que era una broma de Jorge, siempre nos hacíamos chanzas, nunca creí que fuera en serio ni que ellos hubieran leído un diario del interior del país. Ellos andaban todo el tiempo con El Gráfico y el Clarín deportivo bajo el brazo”.

Los 5 goles del partido

Mar del Plata aquella noche alistó a Rago; Benítez, Fernández, Aquino y Acosta; Maldonado, Cacho Martínez, Mingo Loyola y el Toro Abelén; Quito Galay y el Gancho Díaz. Luego entraron Basigalup, Hugo Carli, Dargam, Di Luca  y Olivetti.

 

Argentina vestida de azul saltó al campo de juego con Fillol, Olguín, Galván, Passarella y Ocaño; Van Tuyne; Barbas, Gallego y Diego Armando Maradona; Ramón Díaz y Valencia. En la segunda parte Menotti dispuso el ingreso de Baley, Bertoni, Ardiles y el Matador Mario Alberto Kempes.

 

Los periodistas y los hinchas  que vieron el partido destacan que Mar del Plata fue un dignísimo rival durante los primeros treinta minutos de juego. Le disputó la tenencia del balón al tridente Barbas, Gallego y Van Tuyne, que jugó con la camiseta número siete pero se paró como centrocampista tapón delante de la línea de cuatro argentina. La Roja de la mano de Maldonado, Loyola, Cacho Martínez  y Abelén, intentó siempre jugar buen fútbol, pero le faltó contundencia ofensiva en los últimos metros de la cancha.

 

Argentina por su parte se excedió en el pelotazo frontal para las corridas de un veloz Ramón Díaz y no pudo conectar a Diego con Valencia. En el segundo tiempo los extranjeros Bertoni, Ardiles y Mario Kempes le cambiaron la fisonomía al equipo, le dieron más agresividad de cara al arco marplatense y fueron protagonistas de lujo de un indiscutido 4 a 1.

 

Primero Diego de cabeza, de emboquillada, vulneró a Pancho Rago. En el complemento otra vez el 10, otra vez de cabeza, ahora ante Eduardo Basigalup. El tercero obra y gracia del Pelado Díaz. Diego por izquierda, centro milimétrico de derecha y el nueve de River definió de zurda ante la marcación del Flaco Hugo Carli. Bertoni con un remate fuerte y esquinado estampó el último gol argentino. Por su parte Néstor el Pela Di Luca, quien había reemplazado a Mingo Loyola, metió un excelente cabezazo para anotar el único tanto local.

 

Reitero aquel partido del 23 de diciembre de 1980 entre Argentina y Mar del Plata posee varias aristas que merecen ser contadas. Acaso la más controversial gira en torno a la confrontación verbal y física en pleno partido entre Francisco Pancho Rago, Diego Maradona y Daniel Passarella. 

 

Pancho Rago, uno de los mejores guardametas del fútbol marplatense, uno de los más prolíferos narradores de anécdotas también, me contó con lujo de detalle los pormenores de la pelea con los pesos pesados de la Selección Nacional campeona del mundo en 1978.

 

“Cuando empezó el partido había como un clima hostil conmigo. En la tercera jugada sentí un roce y después me fueron a buscar. Jorge Videla, un fenómeno de tipo y de arquero, me había enseñado una técnica para ir volando a buscar una pelota bien arriba. Me acuerdo que lo hago y cuando  caigo e intento levantarme  se me vinieron todos los jugadores de la Selección al humo. El árbitro Alberto Ducatelli pita, nos mira y yo lo encaro.- ¿Qué pasa Ducatelli, están todos locos?-.

 

A pocos metros, detrás de Pancho, Diego pasó a su lado y lo increpó sin contemplaciones. –“¡Callate bocón, anda y hace declaraciones en el diario ahora!- 

 

Entonces el inmenso Pancho Rago no se quedó atrás y herido en su orgullo, emulando en cierta forma a Hugo Orlando Gatti soltó una frase de antología: “Gordo, ¿a vos quien carajo te conoce?”. Aplausos y telón lento para la icónica respuesta del bigotón marplatense.

Gatti en los días previos al partido entre Boca y Argentinos Juniors por la fecha 12 del Campeonato Nacional, había declarado que Diego debía cuidarse, pues tendía a ser gordito.  El 9 de noviembre, también de 1980, en cancha de Vélez, el Bichito de la Paternal goleó al xeneize 5 a 3 y Diego le hizo cuatro goles al Loco. El Pelusa cuando leyó en un diario las declaraciones  del arquero  le dijo a su entrenador: “Me había propuesto hacerle dos goles a Gatti, pero ahora le voy a meter cuatro”. Y se los hizo.

 

Vuelvo a Rago y su desopilante intercambio de palabras con el mejor de todos los tiempos en la verde gramilla del Mundialista.

 

“Discutimos. Se armó un lindo revoleo. Fermín Aquino copó la parada y lo apuró a Diego, pero él guapo se bancó todo. Esa frase fue la primera que se me ocurrió en plena calentura. Hoy mis hijos y mis amigos me cargan. Fui un irrespetuoso con quien sería al poco tiempo el mejor del mundo”.

 

Sobre el epílogo del primer tiempo Pancho bajó un centro de Olguín y cuando atenazó la pelota sintió una fervorosa exclamación de la tribuna.

 

“Voy arriba y percibo un vientito rasante sobre mi cara y al unísono escucho la explosión de la gente y los aplausos.  Fue un uhhhhh larguísimo, primero pensé que era por mi atajada pero en realidad era porque Passarella me había tirado un trompazo descomunal cuando fue a cabecear. Nos agarramos otra vez hasta que Ducatelli lo sacó a Daniel y lo retó al trote hasta que llegó a su posición defensiva. En el vestuario mis compañeros me preguntaban si estaba bien. Yo estaba sorprendido, no me había dado cuenta del golpe”.

 

Por expreso pedido de Menotti la dupla técnica Benítez- Artero  sacó a Pancho Rago y a Fermín Aquino del partido y no formaron parte del complemento. El entrenador nacional deseaba calmar los ánimos en pos del espectáculo.  Espectáculo que tuvo en el campo de juego, en los treinta  finales, en una dimensión superlativa a Diego, Ramón Díaz, Daniel Bertoni, Osvaldo Ardiles y Mario Kempes.

 

Bellísima historia futbolera de mi ciudad, historia a flor de piel de una noche donde el inigualable Mario Kempes y Diego enfrentaron a una muy querible Rojita marplatense, una noche donde en las tribunas los simpatizantes aplaudieron a rabiar al Pitón Ardiles, una noche donde la leyenda viviente del arco, mi amigo Pancho Rago, enojó a la Selección del Flaco Menotti.

 

Mario Giannotti

 

Comentarios de los lectores

  1. Carlos Melara dice:

    Muy buena la nota Mario y los lindos recuerdos que nos trae.

  2. Mariano Izurieta dice:

    Excelente nota. Pancho idolo indiscutido de la ciudad y mio !!!. Jugo con todos y es un tipazo !!!!

  3. Alejandro V dice:

    Una historia riquisima contada con el excelente estilo de Mario !! A los futboleros nos toca en la fibra íntima. Gracias !!

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