“Hay una desesperanza y un temor muy grande por lo laboral desde el inicio de la pandemia”

“Hay una desesperanza y un temor muy grande por lo laboral desde el inicio de la pandemia”

Así lo indicó el párroco de San Cayetano, Juan Pablo Cayrol, quien destacó la necesidad de transformar la matriz productiva de la ciudad.

miércoles, 10 de junio de 2020

El párroco de San Cayetano, Juan Pablo Cayrol, es una personalidad religiosa de Mar del Plata. Toma mayor trascendencia por la celebración del Santo de la Providencia, Patrono del pan y del trabajo cada 1 de agosto, pero encabeza un trabajo de índole social durante todo el año.

 

En ese marco, se refirió a la situación desde el inicio de la pandemia del coronavirus. “La esperanza me hace mirar hacia adelante porque estamos en una situación sumamente complicada. La gente está muy irritable y es difícil convivir, más que nunca. Convivir es algo así como las piedras que están en los arroyitos cordobeses, que se van volviendo redondos de tanto golpear. El gran desafío es volver a convivir”, planteó, en diálogo con Loquepasa.net.

 

“Tenemos una ventaja, somos latinos y añoramos el encuentro. Hemos privilegiado el encuentro con el otro. Es un valor tan nuestro que ahora se nos vuelve irritable”, agregó.

 

Sobre la situación laboral, dijo: “Lo veo difícil. Veo gente con gran temor por si situación laboral, hay una desesperanza muy grande en lo laboral. No se va a arreglar este año”. “Siempre Mar del Plata ha sido difícil laboralmente en invierno”, remarcó Cayrol, quien pidió: “Ojalá que esto nos encuentre distintas formas para ganarle a la cultura de la subvención”.

 

«Necesitamos volver a pensar en una Mar del Plata con la capacidad de producir y generar empleo. No nos alcanza con ser una ciudad de temporada. Tenemos que volver a pensar que todos los productos estén elaborados, con mano de obra de encima y capacidad de producción”, completó el concepto.

 

Para el párroco, “siempre hubo una gran desprotección” para distintos sectores de la ciudad. Si bien aclaró que no hubo un aumento desmedido de personas que buscan una ayuda espirtual ante este momento, sí reconoció que “cambiaron las caras”. “Algunos vienen siempre todos los meses, pero han cambiando las caras. Hay una gran necesidad por un sector que estaba antes estaba un poco más seguro de la situación de su vida, y ahora entró en una gran inseguridad”. En ese marco, mencionó a quienes realizan changas y hoy no pueden hacerlas.

 

“Hay un sector que antes no se acercaba, y no venía a pedir. Hoy sí se acerca y muestra su preocupación”, finalizó Cayrol, quien valoró la asistencia que lleva hace años el Santuario de San Cayetano con la entrega de bolsones de alimentos a las personas más carenciadas.

 

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