Según encuesta, Macri se va del poder con 38.7% de imagen positiva, y Fernández asume con 56.8%

En diciembre de 2015 el presidente Mauricio Macri accedía a la primera magistratura con 71.3 por ciento de imagen positiva, y apenas 26 por ciento de negativa, lo que arrojaba un diferencial de + 45.3 por ciento. Un año después la brecha se acortó notablemente con un diferencial de + 9.5 por ciento, estirando a 11.5 por ciento en diciembre del 2017. Sin embargo, después de las exitosas elecciones de mitad de término concretadas por Cambiemos, distintos problemas de índole económico hicieron que en diciembre de 2018 el diferencial se revirtiera preocupantemente a – 18.1, para terminar este año la gestión con – 17.8 por ciento.

Esos datos corresponden a un extenso trabajo de Ricardo Rouvier difundido este lunes, realizado sobre 1200 casos telefónicos con un margen de error de 2.8 por ciento. Las entrevistas son de carácter nacional y se realizaron entre 23 de noviembre y 2 de diciembre de 2019.

El estudio muestra además que Macri asumió con una expectativa económica de 60.4 por ciento en diciembre de 2015, un año después se desplomó a 29.5 por ciento, en mismo mes de 2017 se recupera llegando a 33.9 por ciento, y en diciembre de 2018 desciende nuevamente al 21 por ciento.

El estudio, entre algunos de sus comentarios, destaca: “comparando, desde la fecha de inicio hasta la culminación, la imagen del presidente Mauricio Macri y la de la gestión del Gobierno Nacional, han caído significativamente. Sin embargo el descenso tuvo velocidades diferentes si contrastamos estas variables con las expectativas económicas”.

“La cuestión económica y su impacto social fueron los principales factores que evitaron la reelección de Macri por otro período más. La caída se profundizó luego del éxito electoral de la legislativa de octubre del 2017, elección donde el oficialismo obtuvo un 41,7% del total”, dice.

“En diciembre de ese mismo año, la discusión sobre la ley previsional fue un punto de inflexión en la popularidad presidencial. Allí se incrementó la velocidad descendente de la imagen de Macri y la pérdida de expectativas económicas. Y esto desemboçó en unas elecciones primarias con un bajo promedio para el oficialismo”, reseña.

“Sin embargo, en la elección general mostró una recuperación y este resultado electoral que pasó de agrupar sólo al núcleo duro del macrismo (30%) hasta llegar a un 40% se explica porque el sufragio se convirtió en un cuasi ballotage (88% de los votos se distribuyeron en dos fuerzas políticas). El grupo de votos que sumó el macrismo no percibe a la economía con un buen desempeño, pero prevaleció un voto estratégico, negativo en relación al kirchnerismo y más precisamente al cristinismo”, añade.

“La opinión pública le reconoce a Mauricio Macri una gestión más positiva que negativa en Justicia, una actuación que no muestra cambios en educación y un déficit en salud, servicios públicos y seguridad. Pero sin duda, el principal fracaso señalado por la población es su gestión económica”, determina.

Diferente a la asunción de Macri, el presidente electo Alberto Fernández asumirá con 56.8 por ciento de imagen positiva (71.3 por ciento contabilizaba el actual mandatario), y con 38.6 por ciento de imagen negativa (apenas 26 por ciento anotaba Macri en diciembre de 2015).

La imagen del presidente electo es más positiva que negativa, pero sin dudas los márgenes son para hacer un seguimiento a diario, dado que llegará al poder en el marco de una enorme crisis económicas con poco margen.