El Negro San Martín, el padre de la patria futbolera en Mataderos

El Negro San Martín, el padre de la patria futbolera en Mataderos

Un toro, el más viejo, el más sabio, llegó al cielo de los inmortales. Roberto Cáceres, el mítico Negro San Martín, murió esta madrugada mientras los duendes futboleros lloraban desconsoladamente en un viejo potrero del ex barrio Mataderos.

viernes, 6 de septiembre de 2019

a Facu De Llano

 

Aquí en estas líneas un merecido reconocimiento para uno de los personajes más respetados y queridos del fútbol marplatense. Porque el Negro San Martín fue sin lugar a dudas el ídolo humilde que trasciende los caprichos del tiempo, los malos dirigentes y los sinsabores de las malas campañas. Un trapo en el corazón de la hinchada, un pedacito de piel en la vida de Alvarado.

 

“Simple, usted será Perón y su amigo San Martín”, sentenció un viejo vecino de Alvarado y Olazábal. Aquel  bautismo barrial transformó para siempre la vida de Ernesto Roberto Cáceres, un carasucia que jugaba todo el día al fútbol, gambeteando la pobreza, los patadones de los pibes de la cuadra y los retos de su abuela. Nació Ernesto Roberto Cáceres,  creció y aprendió a querer a su amado club como el Negro San Martín. Héctor Porco, jugador emblema de los años 80, dijo alguna vez que la camiseta de Alvarado tendría que tener en el pecho el escudo y su cara bordada como símbolos incuestionables de sentido de pertenencia.

 

Debutó en la primera del Torito en 1968 frente a San Lorenzo. Aunque su puesto natural era el de lateral por derecha, aquella tarde reemplazó a Miguel Ángel Lemi, fue ocho y tuvo la responsabilidad de marcar al delantero mundialista Ludovico Avio, futbolista que había formado parte del plantel argentino que participó del Mundial de Suecia 58. Lejano quedaba el recuerdo de un tarde memorable donde el entrenador Vicente Faienza lo improvisó arquero de Alvarado para enfrentar a Urquiza en una final. “Como no íbamos a ganar, si teníamos a San Martín en el arco y a Perón de nueve”, recordó el Negro.

 

El atorrante que se soñaba jugador de fútbol en el potrero lindante al arroyo Las Chacras había cumplido un primer sueño, ser futbolista.

Años después, Ludueña, viejo masajista de Quilmes, le enseñó el oficio y a partir de 1972 se convirtió en uno de los principales protagonistas del vestuario de Alvarado. Siempre de buen humor, repartiendo chupetines, cercano, cómplice incondicional de los pibes que se calzaban la camiseta del Torito por primera vez. Recuerda con afecto a Jorge Olguín, al Pelado Julio Crespo, a José López, quien no sabía leer ni escribir y él le ayudaba a firmar la planilla. El Tato Vidal y Facundo De Llano ocupan un lugar de privilegio en su predilección personal.

 

Nunca pudo redimir el dolor por aquel vergonzoso 13 a 0 ante el clásico rival un fatídico 14 de octubre de 1994. “Cuando llegué al vestuario y vi que jugaban los pibes de la quinta me enojé mucho y no quise masajear a nadie. Había una orden de perder y yo no estaba de acuerdo”, contó cierta vez con tristeza San Martín.

 

En 1989 él, que admiró al equipo del 64, bravío conjunto del ex barrio Mataderos que había logrado el título de primera B de la Liga Marplatense de Fútbol, fue designado entrenador, y fiel al afecto de su gente, lo salvó del descenso.

 

Su memoria atesoró para siempre el penal que Pancho Rago le atajó en un clásico al Sapo Girardengo, la exquisitez del Alvarado que logró el título en 1977 y que luego cumplió una aceptable actuación en el Nacional del 78. “Era un cuadrazo, me acuerdo del Colorado Romagnoli, de Gustavo Sterponi, de José Omar López, de Víctor Tamagnone, y del Pelado Ángel Mástrangelo”.

 

“Alvarado es mi segunda madre. Cuando perdemos tengo una tristeza inmensa, pero cuando ganamos me siento el tipo más feliz del mundo”, decía.

 

¡Chau Negro querido! Mañana tu amado Alvarado jugará un nuevo pleito en la Primera Nacional, será ante Temperley, en un estadio donde el cielo será mas azul que nunca, porque el toro más viejo, el más sabio, será sol, será abrazo, será un corazón que late inmortal en la memoria de todos y cada uno de los futbolistas que alguna vez vistieron los colores del gigante del interior del interior.

 

Reitero, el Negro San Martín fue, es y será  sin lugar a dudas, el ídolo humilde que trasciende los caprichos del tiempo, los malos dirigentes y los sinsabores de las malas campañas. Un trapo en el corazón de la hinchada, un pedacito de piel en la vida de Alvarado.

 

 

Mario Giannotti

Comentarios de los lectores

  1. Silvio Rosa dice:

    Q.e.p.d. negro querido
    Siempre la humildad y solidaridad a flor de piel
    Mis condolencias a todos quienes te amaban
    Dios te cobije bajo su manto de piedad

  2. Romina Roosé dice:

    Una vez más has podido plasmar el sentimiento del hincha de Alvarado, gracias por cada palabra que le dedicas a nuestro querido Negro San Martín. Abrazo gigante, Mario!

  3. ariel fernandez dice:

    negro querido te conoci cuando iba al jardin del club desp con los años jugue en inferiores donde llegaste a dirigirme ese año salimos campeon en la 4ta hoy te despido negro se te va a extrañar

  4. Gustavo Greco dice:

    Tremendo relato Mario querido, el negro fue una institución dentro de otra, fue el padre de Alvarado, muchos qué estuvimos de adolescentes en el club, fuimos cobijados por el negro. Alvarado está triste.

  5. Leny Peralta dice:

    Vecino de mí suegra vivían a poca distancia, lis Zamorano en Chaco y Avellaneda, conoció a mí esposo desde chico y fue entrenador de nuestro hijo Lean que es también de los toritos en el cielo, hoy llego el querido Negro para firmar el plantel más grande de nuestro amado Alva . Gracias por todo Roberto Cáceres ,el negrito que dedicó su vida al CAA.

  6. Panzaiu dice:

    Solo una pincelada de la picardía del Negro, contaba mi padre (el piojo Abius ) que en su época de jugador lo expulsan en un partido al negro , y el árbitro informa que expulsó a San Martín , a la fecha siguiente se presenta a jugar y el referee de ese partido le dice «San Martín , usted está suspendido !! No puede jugar !! A lo que el Negro responde disculpe sr. Yo no soy San Martin , soy Roberto Cáceres!!!

  7. Gustavo dice:

    Negro querido!!!! Tuve la oportunidad de conocerte. Siempre tan respetuoso con tu bajo perfil. Un grande!!! Saludos a los que lo recuerdan.

  8. Seba Lisiecki dice:

    No me voy a cansar de decirlo. ¡Sos enorme Mario!

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