Alvarado popular y nacional

Alvarado popular y nacional

Alvarado logró el ascenso a la B Nacional. Por fin los caminantes alcanzaron a tocar las estrellas que guiaron su camino Por fin, una noche, la más soñada, fue abrigo para miles de almas que padecen brutalmente la hostilidad del invierno marplatense. Por fin la clase obrera llegó al cielo, por fin las barriadas más humildes llegaron al paraíso.

miércoles, 26 de junio de 2019

El Colo Emiliano López hace gala de su olfato goleador y mete un pase a la red tras la muy buena intervención del portero tucumano Nicolás Carrizo ante Francisco Molina. El 9 inicia una carrera a la gloria que será fotografía inmortal, un retrato enmarcado entre miles, abrazo del alma entre el héroe que hace historia  y fieles hinchas del Torito que colmaron la Popular Norte. Estoicos habitantes de las tribunas que lo reciben afectuoso para confundirse en un apoteótico grito de gol que los ligará para siempre.  Éxtasis futbolero a flor de piel sobre el cierre de la primera parte del pleito final.  Luego, tras cinco minutos de juego del segundo tiempo, la sentada de los futbolistas de San Jorge en repudio a la muy cuestionada actuación del árbitro Adrián Franklin. Pitazo final anticipado por el abandono del conjunto visitante y un festejo que nace en el pecho, que apretuja el corazón, que se transforma en lágrimas que humedecen el rostro, que mojan los labios, que empapan la boca que suelta por fin un clamor popular que se expande en la inmensidad de una noche soñada.

Cuentan algunos que los  míticos duendes que dieron vida el 21 de junio de 1928 a una de los clubes más populares del país, abandonaron la mesa del legendario  café  “Puente Alvarado”, y arropados de azul y blanco se treparon por encima de las gradas del Minella para anunciarles a las barriadas más humildes esta buena noticia. Entonces, cientos, miles, una multitud comenzó a levantar su voz para contagiar a otros que comenzaban a observan un incesante trajinar de hinchas sobre las calles Jara, Don Bosco, Peña, Primera Junta, San Juan, calles fundacionales de un sueño que tomó alas y voló hasta el mismísimo corazón de un estadio.

 

Porque Alvarado fue, es y será símbolo, emblema, bandera de barriadas populares, de obreros que atesoran una pasión que corre tumultuosa tras una pelota de fútbol. Los viejos hinchunes del Torito se golpean el pecho  y les cuentan a los más pibes las hazañas del 50, matadores que conquistaron en el inicio de la década los campeonatos barriales.

 

Un abuelo orgulloso desborda pasión juvenil para decirle  a su nieto que él aplaudió en los albores de 1954, en el añorado estadio San Martin, a los jugadores que representaron a su querido Alvarado tras la afiliación a la Liga Marplatense de Fútbol.

 

Una ventisca fría parece traer del viejo Almacén de San Juan y Alvarado, imágenes imborrables de un 6 de mayo de 1956, cuando veteranos de la selección de Mar del Plata, campeona provincial en 1930 y el primer equipo de Alvarado, dieron vida, tras una gran asado popular, al primer escenario deportivo del club. Luego el 29 de agosto de 1964 llegó el ansiado ascenso a primera división. Y el primer clásico en cancha de Ministerio, un 23 de mayo de 1965. En 1977 el título en primera y un año después Alvarado protagonista en el telúrico torneo Nacional.

 

Releo las primeras líneas de una nota que le realicé en la revista Tiempo Record  al presidente Wenceslao Méndez en el comienzo de su mandato. Allí cito a Eduardo Galeano.  “El derecho de soñar no figura entre los treinta derechos humanos que las Naciones Unidas proclamaron a fines de 1948. Pero si no fuera por él, y por las aguas que da de beber, los demás derechos se morirían de sed”.

Y allí fue, otra vez, un bravío  Alvarado en pos de su sueño. Allí, trepado a una utopía estuvo un pueblo futbolero que aguanta, que aguantó lo que vino y aguantará lo que vendrá.  Allí apareció el coraje, el trabajo diario, la capacidad profesional y las bondades humanas de cuerpo técnico, allí se moldeó el temple, la hombría, el talento y la entereza de un  plantel que puso desde el intelecto hasta las ganas, desde el corazón hasta la vergüenza deportiva. Un plantel que no sudó campos de juego, los bañó con su sangre.

 

El Torito del ex barrio Mataderos  ya no es tan solo popular, tal vez uno de los  clubes más populares del interior del interior del país, el Torito ahora es Nacional.  Por fin los caminantes alcanzaron a tocar las estrellas que guiaron su camino. Por fin, una noche, la más soñada, fue abrigo para miles de almas que padecen brutalmente la hostilidad del invierno marplatense. Por fin la clase obrera llegó al cielo, por fin las barriadas más humildes llegaron al paraíso.

 

Mario Giannotti

 

Comentarios de los lectores

  1. Gracielacom dice:

    GRACIAS POR ESTAS HERMOSAS Y MERECIDAS PALABRAS AGUANTE ALVA AYER HOY Y SIEMPRE!!!!!!!!!!!!

  2. Isaias dice:

    Hermosas palabras para relatar lo que deseamos tantos años los hinchas. Me quedo con lo último «por fin la clase obrera llegó al cielo». Alvarado es nacional

  3. Roberto dice:

    GILDO INSFRAN presidente. Azul y popular como el toro de mataderos.

  4. carlos maccarrone dice:

    Excelente redaccion ,por fin alguien se acuerda de la gente mas humilde y dice una gran verdad,Alvarado es el Gigante del interior!!

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